Mi ciudad es una vieja señora, una solterona, una madre atípica que odia a sus hijos y alaba a sus hijastros
como si fueran el maná caído del cielo, mi ciudad es ruidosa, desordenada activa amarga colorida y espesa como la maicena, y a la vez
sigue siendo la motita blanca en la esmeralda verde que crean sus ríos a los que lleva ignorando
toda la vida
Mi ciudad es una monegrina con ego subido, una pueblerina venida para la fiesta mayor mi ciudad está muy bien representada en su
cabezudo, que los niños llaman forana y que aseguran lleva bigote
Mi ciudad tiene un
tesoro dentro, por eso sus habitantes siempre le están abriendo zanjas.
Mi ciudad siempre
está pensando en la operación asfalto.
Mi ciudad tiene tres culturas o mil, tiene voces que hablan
todos los idiomas, castellano marroquí, woolof, inglés rumano… y en algún lugar de la
modalena un aragonés que resiste, como la puerta del Carmen al
envite de los autobuses en forma de globalización.
Mi ciudad tiene torres que
desafían el tiempo, rascando el
cielo poblado de cierzo, ese cierzo que
hiela sus calles y a su gente convierte en cheposos.
Mi ciudad, anda siempre entre
monjas, militares, bocadillos de calamares, universitarios y sorianos,
porque mi ciudad es la ciudad donde
más sorianos puedes encontrar de España.
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