miércoles, 28 de marzo de 2012

Benditas incoherencias

Andaba yo, pensando esta mañana en lo que iba a publicar en el blog, sin saber muy bien sobre que escribir, ya que me he despachado bien a gusto  en varias entradas sobre tipos de personas que  consiguen convertirme en una fiera corrupia
Como nadie es perfecto y yo  menos que nadie hoy voy a hablar de lo que me tiene ocupado el cerebro y  parte del corazón todos los años desde enero hasa abril: La Semana Santa
La Semana Santa es una de esas cosas que comportan una incoherencia en lo que yo intento que sea un comportamiento coherente la mayor parte del tiempo, es una de  esas  partes de mi  existencia que no hay manera de casarla por ningún lado, mi yo racional me dice que es una tontería seguir adelante en la Semana Santa puesto que mi creencia en  el Dios de Abraham y Jacob es bastante nula en estos momentos de mi vida
 No siempre ha sido así.
Yo fui una creyente fervorosa, católica practicante hasta  más o menos los 23 años, pertenecía a una  asociación cristiana con la concentración más alta de  buenos de manual  por metro cuadrado que he tenido la oportunidad de conocer. De hecho durante  años  intenté serlo tambien para  encajar en aquel lugar, esfuerzo que siempre fue estéril. Yo no soy buena, porque tengo un punto cabronías, con el que nací y no puedo remediarlo. Cosa que siempre me  colocó en una segunda fila entre los elegidos para cambiar el mundo.
Creo que ni ellos me comprendieron jamás ni yo en el fondo a ellos, pasé muchos años sufriendo por no encajar, hasta que comprendí que aquel lugar no era el mío. Alguien me dijo que no me atara a nada que no me hiciera libre, y realmente los motivos por los que permanecía  en aquella asociación me  ataban como cadenas de acero, quería permanecer por el mero hecho de que me había acostumbrado a ellas y me daba miedo el dolor que pudiera causarme el cortar aquella atadura. Me daba miedo que todas aquellas persons que me importaban al cortar el nexo que nos unía me olvidaran, que ya no me quisieran
Luego pensé que  no merecía la pena que alguien te quisiera por estar en donde ellos quieren que estés, si la amistad forjada en todos aquellos años había sido real, perduraría
No perduró, salvo un par de excepciones, pero tampoco las echo de menos,  todas esas personas no merecen la pena y tampoco les guardo rencor, a veces pienso en ellas y me da pena, pero no por mí

 Podría decir que aquellos años los pasé fatal y que me torturaron psicológicamente, que todo fueron opresiones y  coacciones, pero no es verdad, En aquella asociación pasé muchos momentos maravillosos, conocí gente buenísima de verdad (que también la había)  me divertí, aprendí y crecí como persona muchísimo más de lo que lo habría hecho fuera de ella. Me aportó mucho de lo que soy. Entre otras cosas, allí encontré a la persona más importante de mi vida, al hombre con el que  quiero pasar el resto de mi vida y que realmente me hace feliz por el mero hecho de que está en el mismo planeta que yo. El dejó antes la asociación, sus motivos no los expondré por que solo a él le pertencen.

De toda aquella marea religiosa en la que crecí y fui educada no me queda nada, la lectura de algunos libros de ciencia, mis propias reflexiones filosóficas y mi propia experiencia vital, unida al estado en el que hoy se encuentra la Iglesia Católica, bandera del fascismo más miserable y siempre arrimada a la derecha, que  no comprende que es una religión y no un partido político me hicieron excomulgarme.
Pensé en dejar tambien la Semana Santa, porque  seguir conllevaba mentirme a mi y mentir a los demás pero lo cierto es que no lo he hecho porque  no he podido

Yo soy cofrade desde los 15 años cuando me enamoré perdidamente de mi cofradía,  nada me unía al Prendimiento salvo una amiga que era cofrade desde pequeña  pero  a lo largo de estos años  he conocido gente maravillosa, amigos  y familia aque  entre redoble y  redoble  se me han pegado al corazón  como lapas y ya no me los puedo sacar aunque quiera

 También he conocido gentuza, de la que prefiero no acordarme, gente equivocada que  toca un tambor como quien tocaría los platillos en la banda de su pueblo, otros que  
si no fuera por miedo
 serían la novia en la boda
 el niño en el bautizo 
y el muerto en el entierro... 
Con tal de dejar su sello


Pero esa gente no merece  ni una mención más por mi parte, otro día y  en otros términos me despacharé sobre ellos en "Personas que me sacan de mi casillas (III)"

Lo he pasado mal  en ocasiones  y he querido desaparecer, sobre todo el año pasado  cuando me sentí  herida, traicionada, cansada y desilusionada
Quise dejarlo entonces, cuando la tristeza era un buen motivo,  ni siquiera acudí a la primera reunión con la intención de no volver nunca jamás, pero tampoco pude.
 No por  miedo a perder a toda esa gente que me llena de lucecitas el corazón, sé que con ellos nunca pasaría, pues he conocido lo que es tener unos hermanos siempre a tu lado, los he visto apoyándonos ante la pérdida de un familiar, alegrándonos ante el nacimiento de un niño,  ante una boda, ante cualquier  acontecimiento reseñable, he sentido  siempre que  éramos una familia como si  estuvieramos  todos debajo del mismo capirote. Y sé que aunque me marchara  con un silbido allí estarían.


No me marché porque mi vida  sin mi Cofradía,sin la Semana Santa sería muy triste,  intenté imaginarla pero me sobrevino la imagen  de un año sin verano. Si arranco la cofradía de mi corazón  me quedaría un hueco enorme. A lo mejor es que siempre me he sentido parte de ella, siempre  he notado que era un lugar al que pertenecía.

Nunca he podido explicar que se siente al ser cofrade, al bajarte el capirote, nunca lo he  podido poner en palabras,  sólamente otro cofrade lo entiende

Ahora que una Semana Santa nueva  llama a las puertas del año, espero día a día podéro irlo contando

PD : Recordad que mañana  hay  huelga y LUCHAD
  



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