jueves, 22 de marzo de 2012

Personas que me sacan de mis casillas (I)


Hay personas que tienen el extraño don de sacarme de mi casillas
Cualquiera que me conozca mínimamente seguramente pensará que no hace falta mucho para hacerlo, porque soy una persona que se altera fácilmente.
Quien dice esto seguramente ignora que la vida puede ser una vía de tren o puedes convertirla en una montaña rusa, a mi me gustan más las montañas rusas con sus rampas de subida y bajada, sus loopinngs,sus giros y sus lucecitas de colores. Prefiero vivir con el corazón en la mano y la mala hostia de serie que  fingir una indiferencia que no siento.
Pero no hablábamos de mi, sino de las personas que tienen la potestad para hacerme bailar entre la delgada línea roja de  la paz mental y  la reabsorción elevada de bilis.
Estas personas son sin duda alguna los culturillas.
Los culturillas son esas personas que caminan por la vida creyéndose expertos en tres disciplinas a saber:
Historia unida siempre a su prima hermana Historia del Arte, Literatura y Música.
 Pueden ser expertos en una, en dos o en las tres y  algunos hasta en  disciplinas de ciencias.
 Digo expertos, porque ellos creen que lo son,  no porque lo sean, pues todo su expediente académico proviene de revistas de  divulgación, folletos de los monumentos, la explicación del guía que le cae en suerte y powert points con música de Enya y fotos de gatitos
 No me malinterpreteis, yo no tengo nada en contra de aquellas personas que se sienten irremediablemente atraíadas por algo tan humano como, valga la redundancia, son las humanidades.
Es completamente natural  que a alguien se el encoja el corazón ante la Quinta de Bethoven, o que le den ganas de llorar a oír el requiem de Mozart, es completamente al uso, que  te puedas  pegar horas mirando las Meninas o que te encojas al ver  el Guernika,  también es  completamente normal que  te vibre el alma al leer un poema de Neruda o de Benedetti.
Contra esas personas que no han podido formarse y que  disfrutan de una exposición o de un concierto no tengo nada , es más, esas personas suelen ser como esponjas que disfrutan haciéndo preguntas, y  consultando dudas o  piden que se les explique tal o cuál cosa
Esas personas saben, que no saben, como yo lo sé, como lo saben muchos de mis compañeros
A cada cosa que descubren , se dan cuenta de que   necesitan saber más, buscan quien les enseñe, tienen un espíritu  hambriento
Esas personas son dignas de mi más completa admiración.

 Pero el culturilla no, el culturilla es un sobrado que se ha dado cuenta de que  el arte la historia y la música quedan muy bien para charlar en una sobremesa, tiene  sus propias conjeturas que no va a  a debatir sino a imponer, aunque no tengan ni pies ni cabeza,
Los culturillas suelen basar su  talento de críticos de arte  en las obras de Dan Brawn  y  suelen tener muy a mano el argumento de que "la Iglesia nos oculta muchas cosas en sus archivos", aunque nunca han pisado uno
Suelen comenzar su exposicion con un "A mi mencanta"  frase a la que a continuación  podemos añadir el arte griego, Becquer, Bethoven y el cine de Almodóvar
 Además tienen la teoría de que uno puede plantarse delante de   un  cuadro y comprenderlo, porque "el arte es una cita entre  el artista y el que contempla" y tralará
Da igual que tu  ntentes hacerles ver que no es así,  que para realmente comprender algo y ser capaz de analizarlo, no es suficiente con ver una butaca en un cuadro abstracto, que lo Abstracto es una tendencia concreta y no general  o  que  algo " modernista" no significa actual ni  contemporáneo

Esta gente no pregunta, no debate no conversa;  compite.
Tras descubrir que has estudiado algo relativo al tema y tras  soltar " que bonito, ahora mismo me ponía yo a estudiar eso"
Se ponen a hablar contigo como si esto fuese Saber y Ganar, como si mantener un porrón de citas, fechas y  nombres fuese tener cultura. Intentan a toda costa demostrarte que no hace falta ir a la universidad para ser todo un experto en la materia

 Es cierto que no hace falta pisar la facultad para tener mucha cultura,  de hecho hay gente que sale de ella con la cartulina debajo del brazo que no tiene ni  la mitad de cultura que puede tener mi abuela que no ha salido del pueblo.
Mi abuela o mis padres no son incultos por  no  haber estudiado, en unos estudios oficiales, no lo son, de verdad.
Por el contrario poseen miles de conocimientos útiles  y necesarios que yo creo nunca podré tener, ya que  sólamente los da la vida.
Mi abuela sabe si una gata está preñada solo con verla, si lloverá mañana o  cómo  hacer que la ropa no se arrugue cuando la tiendes. No sabe de generales ni batallas en la guerra civil, pero sabe lo que es ir al colegio en periodo de guerra y  ser madre en posguerra y el dolor que significa no saber de tu cuñado desaparecido. Mi abuela es un libro de historia.
 Mi  padre conoce mil plantas diferentes y sus aplicaciones, mi madre sabe más de niños y de enseñar que muchos  titulados de magisterio.
Porque la vida  y las circunstancias que te toca vivir enseñan , es inevitable,  a veces el querer saber y la humildad, son muestra de  mayor cultura que las cartulinas que guardo bajo el  cajón de las cucharas

Lo que no es cierto, es que  para ser capaz de enfrentarte a ciertas cosas valga con que estas te gusten, ser historiador , músico o filólogo es una profesión , como ser médico o abogado
Nadie  intentaría desmontarle a un médico  su teoría de que tienes un herpes  labial, porque ha visto todas las temporadas de House. Nadie creería que es capaz de autodefenderse en un juicio porque  se ha  leído el código civil. Nadie se creería  capaz de inventar un sistema operativo nuevo porque un día instaló el solo y sin ayuda el Windows 7  .
 Lo mismo sucede con las humanidades, para que tu leas ese folleto que te explica un monumento,  o una obra de literatura o música. Hay muchas personas que se han pasado la vida entre polvo de archivo, dejándose los ojos en  asientos notariales, buscando como  Doroty el camino de baldosas amarillas, como el rey Arturo el Santo Grial.
  Gente que se ha  dejado las horas en  escribir y argumentar, que se ha pasado la vida leyendo, estudiando,  yendo de un lado a otro.
Gente que ha elegido como forma de ganarse el pan, investigar el pasado y para eso hace falta una formación, una preparación , una gimnasia de la mente.
A un profesional de las humanidades no se le reconoce por la cantidad de datos que  alberga en su cabeza, sino porque al mirar un cuadro, su mente va mucho más allá de ver lo bien pintadas que están las puntillas. Un profresional está viendo  más cuadros que tu, está viendo contextos históricos, guiños, historias detrás de la historia que nos están contando, igual que un agricultor está viendo en una manchita de las hojas de su peral, no un peral y una mancha, sino  una enfermedad un parásito o  simplemente la marca del granizo de la semana pasada.
Por eso  ante un culturilla, lo mejor es callarse y dejarle hablar, salvo que la burrada llegue a cotas de  estupidez tales que esté haciendo el ridículo y sea mejor corregir,  que seguir dejándole hablar. Aunque ello te conlleve una mirada desdeñosa y  un enfurruñamiento, aunque hieras su amor propio, peor sería que le dejases seguir poniéndose en evidencia, mientras suelta  bobabas por la boca.
 He tenido muchas de estas situaciones en mi vida:
 Como la vez  que alguien me  discutió que el Pilar era helenístico y no barroco y una iglesia  barroca  según alguien era neoclásica, porque las fechas eran propias del Neoclásico.  La vez que leí en una iglesia zaragozana que la imagen  era  del Neoclásica tardío previo al Barroco, la vez que tuve que escuchar que en Bardallur nunca había existido un castillo, a pesar de tener en mi poder documentos que lo acreditan.

La estupidez humana no tiene límites.  Pero la capacidad de aprender  de rectificar y de  ser mejores tampoco
Nadie es estúpido por no saber, por no  haberse formado.
Se es  estúpido como decía Forrest Gump cuando  se hacen y se dicen estupideces y cuando estas  se defiende a capa y espada,
 Cuando  alguien se enfada si  le corrigen, siendo su único argumento  el ya citado " no hace falta ir a la universidad paea  saber"
cuando  en vez de  aprovechar para aprender y saber más, se elige quedarse con la estupidez. por un orgullo mal entendido
Cuando  tienes delante a  alguien que sabe más que tu y no aprovechas para extraerle hasta la última coma.
Cuando en vez de escuchar y preguntar compites a ver quien sabe más efemérides
Cuando  prefieres quedarte con los argumentos peliculeros que con la verdad, solo porque ésta choca con tus convicciones
Cuando no comprendes, que la cultura no son los conocimientos que se tienen, sino  la herramienta para acceder a los que no se poseen

En el fondo los culturillas me dan un poco de pena












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