miércoles, 21 de marzo de 2012

Especies urbanas

Cambiando el tono de mis entradas anteriores, quiero esbozar una introducción sobre las  especies  más importantes en el hábitat urbano de la ciudad de Zaragoza.
 Según un estudio avalado por la prestigiosa universidad de la experiencia propia

Son muchas las especies que habitan en la ciudad, pero hemos focalizado el estudio en tres de ellas que pasaremos a describir a continuación

1 El peñista
El peñista es una especie no autóctona,  pues ha sido desplazada de su hábitat natural ante la desaparición paulatina de este: las fiestas  de los pueblos.
 No obstante su capacidad de adaptación a las festividades variadas hacen que encuentre un hogar inmejorable en cualquier lugar en el cual se tenga por costumbre celebrar algo
El peñista nunca  camina solo, sino que  integra grupos poblacionales que van desde los 100 a los 2000 ejemplares estando identificados y censados unos 15000 en toda la urbe
Suelen encontrar refugio en unas madrigueras, bastante confortables compuestas por barra de bar salón de actos y oficinas para lo que ocupan diversos emplazamientos en la ciudad, con variedad de formas y tamaños
El peñista siente una irremediable atracción por todo lo que  signifique o tenga pinta de fiesta, por lo que no es raro encontrarlo en culaquier sitio donde haya una charanga o un recinto ferial, además de no existir  son capaces de inventarlas o incluso permanecer largos periodos de hambruna festiva, tan solo ingiriendo  un alimento básico para él; el tubo de Ámbar en el local.
Este rito casi siempre celebrado en pequeños grupos consiste en tres o cuatro arreos  abonados por riguroso turno. No es difícil que  después de esta  experiencia el peñista llegue mareado a la cena del viernes noche

2 El cofrade
El  cofrade pasional es otra de las especies típicas de la ciudad se han dado casos de mestizaje entre esta y la especie anterior en los cuales podemos encontrar un individuo que  es a la vez peñista y cofrade, caso que según se ha investigado para la redacción de este  artículo sucede en un 60% de los ejemplares
A diferencia del peñista, que salvo  en épocas muy concretas : principios de octubre, jueves Landero Cinco de marzo, San Jorge y las fiestas de su barrio, luce su pelaje distintivo habitual compuesto de :blusón de colores, pantalón blanco  cachirulo y zapatillas de deporte ( litro de Ambar opcional) 
El resto del año se mimetiza con el resto de la población;
Por contra al cofrade se le reconoce fácilmente  entre la población común. Pues pese a ser  una especie que hiberna durante los meses calurosos suele deambular en épocas frías por la ciudad portando algún instrumento, esto es : Corneta, tambor o bombo, 
Esta  hibernación  estival  se interrumpe cuando el cofrade guiado por la posición astral de la primera luna nueva de primavera,  se deja ver  con facilidad,  aunque estas fechas  siempre se  localizan  de primeros de enero a finales de abril.
Al igual que el peñista el cofrade es una animal gregario distribuido igualmente por manadas que van desde los 300 miembros a los 2000. Estos grupos se reúnen semanalmente (algunos incluso diariamente) para realizar uno de los espectáculos más sobrecogedores de la naturaleza urbana “El ensayo de la cofradía”
Estas reuniones debido a la persecución del incansable vecino intolerante (especie predadora de peñistas y cofrades) se han visto relegadas en los últimos años a polígonos, parkings, cementerios,  descampados o explanadas  de extrarradio. 
La reunión  suele llevarse a cabo en las horas  buenas del día esto es de 4 a 6 los sábados y  de 10 a 2 los domingos y consisten en la repetición  hasta el infinito de una serie de toques que para el observador principiante serán todos iguales.
 Asistimos aquí a  escuchar un lenguaje propio, pues un ejemplar maduro puede llegar a reconocer la manada a la cuál pertenece otro individuo  tan solo escuchando uno de estos toques que ellos denominan 
"marchas”
Algunos de los machos y hembras alfa acuden además a otro sin fin de reuniones  que consisten  en preparase  para un rito de iniciación en una ceremonia central en la vida del cofrade: El concurso de tambores y bombos. Acontecimiento sin parangón que podremos  analizar el último domingo de cuaresma  y que establecerá la supremacía de la manada más poderosa de la ciudad, superioridad que se verá demostrada por un toque especialmente difícil que los machos y hembras alfa deberán interpretar ante un  jurado y el resto de  cofrades.
Toda la vida del cofrade gira en torno a una semana por la cual suele padecer burras callos y  congelación en las extremidades anteriores gestadas durante todo el invierno
Esta semana el cofrade mudará su traje mimético por otro distintivo compuesto de túnica capa opcional y dependiendo de su manada capirote o tercerol. Procediendo como el peñista a realizar una migración callejera que atraerá a multitud de ciudadanos comunes propios y foráneos

Para finalizar este artículo hablaremos del vecino intolerante o predador.

El vecino predador es al revés que el peñista, quien recordemos era la adaptación urbana de las fiestas de los pueblos, una especie  mal adaptada. Cuyo hábitat ideal  son los espacios poco poblados como: campos, desiertos y bosques vírgenes.
El vecino predador no soporta vivir en comunidad y raramente se le ve formando colectividades. 
Su principal alimento lo encuentra en las manadas de cofrades y  peñistas a quienes no duda en atacar y despreciar por considerarlos primarios, olvidando que el cofrade y el peñista dada su capacidad para el camuflaje pueden ser su médico o su abogado.
Normalmente dada su tendencia a la no socialización caza en solitario, pero en tiempos de hambruna no duda en  asociarse con otros vecinos predadores para hacerlo mediante  la técnica de la denuncia  o la carta al director del periódico local
A veces esta especie actúa como carroñera, pues goza de las migraciones callejeras de las otras dos, presumiendo de ellas delante de los  miembros de su familia que han venido de visita, pero finalizadas estas continúa con su acoso
En las épocas en las que escasean manadas de peñistas o durante  el periodo de hibernación del cofrade, no duda en   fijar sus objetivos en otras especies urbanitas, como: ciclistas, infanticos del Pilar o trabajadores de Tuzsa.

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