Cambiando el tono de mis entradas anteriores, quiero esbozar una introducción sobre
las especies más importantes en el hábitat urbano de la
ciudad de Zaragoza.
Según un estudio avalado por la prestigiosa universidad de la experiencia propia
Según un estudio avalado por la prestigiosa universidad de la experiencia propia
Son muchas las especies que
habitan en la ciudad, pero hemos focalizado el estudio en tres de ellas que
pasaremos a describir a continuación
1 El peñista
El peñista es una especie no
autóctona, pues ha sido desplazada de su
hábitat natural ante la desaparición paulatina de este: las fiestas
de los pueblos.
No obstante su capacidad de adaptación a las festividades
variadas hacen que encuentre un hogar inmejorable en cualquier lugar en el cual
se tenga por costumbre celebrar algo
El peñista nunca camina solo, sino que integra grupos poblacionales que van desde
los 100 a
los 2000 ejemplares estando identificados y censados unos 15000 en toda la urbe
Suelen encontrar refugio en unas
madrigueras, bastante confortables compuestas por barra de bar salón de actos y
oficinas para lo que ocupan diversos emplazamientos en la ciudad, con variedad de formas y tamaños
El
peñista siente una
irremediable atracción por todo lo que
signifique o tenga pinta de fiesta, por lo que no es raro encontrarlo en
culaquier sitio donde haya una charanga o un recinto ferial, además de
no existir son capaces de inventarlas o incluso permanecer largos
periodos de hambruna festiva, tan solo ingiriendo un alimento básico
para él; el tubo de Ámbar en el local.
Este rito casi siempre celebrado en pequeños grupos consiste en tres o cuatro arreos
abonados por riguroso turno. No es difícil que después de esta experiencia el peñista llegue mareado a la
cena del viernes noche
2 El cofrade
El cofrade pasional es otra de las especies
típicas de la ciudad se han dado casos de mestizaje entre esta y la especie
anterior en los cuales podemos encontrar un individuo que es a la vez peñista y cofrade, caso que según
se ha investigado para la redacción de este
artículo sucede en un 60% de los ejemplares
A diferencia del peñista, que
salvo en épocas muy concretas :
principios de octubre, jueves Landero Cinco de marzo, San Jorge y las fiestas
de su barrio, luce su pelaje distintivo habitual compuesto de :blusón de
colores, pantalón blanco cachirulo y
zapatillas de deporte ( litro de Ambar opcional)
El resto del año se mimetiza
con el resto de la población;
Por contra al cofrade se le reconoce fácilmente entre la población común. Pues pese a
ser una especie que hiberna durante los meses calurosos suele deambular
en épocas frías por la ciudad portando algún instrumento, esto es : Corneta,
tambor o bombo,
Esta hibernación estival se interrumpe cuando el cofrade guiado por la posición astral de la primera luna nueva de
primavera, se deja ver con facilidad, aunque estas fechas siempre se localizan
de primeros de enero a finales de abril.
Al igual que el peñista el
cofrade es una animal gregario distribuido igualmente por manadas que van desde
los 300 miembros a los 2000. Estos grupos se reúnen semanalmente (algunos
incluso diariamente) para realizar uno de los espectáculos más sobrecogedores
de la naturaleza urbana “El ensayo de la cofradía”
Estas reuniones debido a la
persecución del incansable vecino intolerante (especie predadora de peñistas y
cofrades) se han visto relegadas en los últimos años a polígonos, parkings,
cementerios, descampados o
explanadas de extrarradio.
La
reunión suele llevarse a cabo en las
horas buenas del día esto es de 4 a 6 los sábados y de 10 a 2 los domingos y consisten en la
repetición hasta el infinito de una
serie de toques que para el observador principiante serán todos iguales.
Asistimos aquí a escuchar un lenguaje
propio, pues un ejemplar maduro puede llegar a reconocer la manada a la cuál
pertenece otro individuo tan solo
escuchando uno de estos toques que ellos denominan
"marchas”
Algunos
de los machos y hembras
alfa acuden además a otro sin fin de reuniones que consisten
en preparase para un rito de
iniciación en una ceremonia central en la vida del cofrade: El
concurso de
tambores y bombos. Acontecimiento sin parangón que podremos analizar el
último domingo de cuaresma y que establecerá la supremacía de la
manada
más poderosa de la ciudad, superioridad que se verá demostrada por un
toque
especialmente difícil que los machos y hembras alfa deberán interpretar
ante
un jurado y el resto de cofrades.
Toda la vida del cofrade gira en
torno a una semana por la cual suele padecer burras callos y congelación en las extremidades anteriores
gestadas durante todo el invierno
Esta semana el cofrade mudará su
traje mimético por otro distintivo compuesto de túnica capa opcional y
dependiendo de su manada capirote o tercerol. Procediendo como el peñista a realizar
una migración callejera que atraerá a multitud de ciudadanos comunes propios y
foráneos
Para finalizar este artículo
hablaremos del vecino intolerante o predador.
El vecino predador es al revés
que el peñista, quien recordemos era la adaptación urbana de las fiestas de los
pueblos, una especie mal adaptada. Cuyo hábitat ideal son los espacios poco poblados como: campos,
desiertos y bosques vírgenes.
Su principal alimento lo encuentra en las
manadas de cofrades y peñistas a quienes no duda en atacar y
despreciar por considerarlos primarios, olvidando que el cofrade y el peñista dada su capacidad para el
camuflaje pueden ser su médico o su abogado.
Normalmente dada su tendencia a
la no socialización caza en solitario, pero en tiempos de hambruna no duda
en asociarse con otros vecinos
predadores para hacerlo mediante la
técnica de la denuncia o la carta al
director del periódico local
A veces esta especie actúa como
carroñera, pues goza de las migraciones callejeras de las otras dos, presumiendo
de ellas delante de los miembros de su
familia que han venido de visita, pero finalizadas estas continúa con su acoso
En las épocas en las que escasean
manadas de peñistas o durante el periodo
de hibernación del cofrade, no duda en
fijar sus objetivos en otras especies urbanitas, como: ciclistas, infanticos del Pilar o trabajadores de Tuzsa.
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