Zaragoza durante más de 50 años fue una ciudad sin carnaval lo que hizo que se olvidasen gran parte de sus tradiciones y personajes que los había.
Como siempre he sido muy carnavalera, y me encanta seguir por las redes algunos carnavales como el de Cádiz del que soy ferviente devota cada Febrero, un día me dio por ponerme a rebuscar por ahí investigando un poquito sobre qué y cómo se celebraba a orillas del Ebro. La sorpresa fue mayúscula, pues leyendo aquí y allá buscando por ahí y tras una pequeñísima investigación descubrí todo un mundo de personajes y festejos que me relataron la antigüedad e importancia de esta fiesta en mi ciudad. Aunque una brutal represión en los años cuarenta nos la arrancara para siempre del alma, matando en ella a todos sus personajes de los cuales quiero hacer una pequeña reseña:
La tradición por excelencia de Zaragoza que más o menos se ha conservado hasta hoy es el Jueves Lardero, aunque bien es cierto se extiende por otras localidades de Aragón.
La costumbre en la capital, era tomar comidas campestres, a base de carne ( en Bardallur se toma también flan ese día) como contrarresto a las privaciones de la cuaresma, había bailes novilladas y se hacía la vista gorda a cualquier broma. Era pues un día de relajo de las normas y de " domingueo entre semana" Jueves lardero ...¡Longaniza en el puchero! quedó relegado a simplemente comer ese manjar a lo largo del día, actualemente seguimos incluyéndolo ese día en nuestra dieta pero de forma mucho menos festiva, como un recuerdo de lo que fue y que no pudo seguir siendo en la ciudad. Por suerte en los pequeños pueblos como el mío se sigue yendo al campo a merendar, quizá allí la vigilancia no fue tan estricta y por eso se mantiene la costumbre.
Dentro de los personajes históricos que he ido encontrando por ahí habría que destacar los siguientes:
Carnestolendas o Don Carnal es un personaje que no es sólamente propio de la ciudad , pero que es bastante antiguo en ella a tenor de un librito de los llamados "raros y curiosos" titulado: "Carnestolendas de Zaragoza en sus tres días". Escrito por fray Benito Ruiz o «Antolínez de Piedrabuena» y editado en esta ciudad en 1661, en él se describe la celebración de los tres días de carnaval en la ciudad incluyendo a este personaje que se dedicaba a ir por las calles con su comitiva de plañideras y lloronas, mascarutas y pajes animando a la gente a salir a celebrar el carnaval y disfrutar de los placeres y el desenfreno de estos días.
El libro que es bastante barato ha sido reeditado por I. Fernando el Católico ( aunque aparece descatalogado) se puede conseguir buscando bien en las librerías.
Describe cómo eran estos fastos que se prolongaban durante tres días en la ciudad y que relata cómo en Zaragoza se realizaban batallas cómicas, se hacían danzas en la calle, había carrozas engalanadas y también coros y cantos, sexo...
Entre las cosas que relata, habla de la ya mencionada comitiva de Don Carnal, a este personaje le acompañaban además otros personajillos principales de corte cómico y simbólico:
-" El caballero de la Hornilla": Es uno de los personajes que caricaturizan la nobleza y que acompañaban la corte de Don Carnal, en vez de bastón llevaba un pincho de asar con carne y embutidos que intentaba asar en cualquier fuego que viera aparente. Representando la gula y los excesos de estos días,
- " Conde de Salchichón" Este personaje digamos es el primero que llega y el último que se va, prepara la comitiva y los fastos a don Carnal y se marcha volando en el viento el último día, es así mismo un personaje caricaturizado de la nobleza pero a diferencia del Caballero de la hornilla es extremadamente delgado y adorna sus vestimentas con un pollo muerto y collares de Longaniza, simbolizando el comienzo y el fin de esta fiesta
- El Rey de Gallos, aparece vinculado a la Universidad de Zaragoza que recordemos es una institución muy antigua con casi 500 años a sus espaldas.
Durante estas fechas, los estudiantes elegían a un representante, normalmente el estudiante más divertido o bromista al que vestían de gallo con un traje de vistosos colores y una máscara con la forma de una cabeza de gallo coronado, se hacía una ceremonia burlesca en la cual se figuraba su liberación ( pues se suponía que este personaje había estado preso durante un año) Y se le daba rienda suelta para campar a sus anchas haciendo bromas. El Rey de Gallos simboliza el desenfreno y va así caracterizado porque el gallo es un animal que se asocia a la virilidad y la lujuria...
Estos personajes han sido recuperados, desde 1980 cuando se decide intentar retomar esta fiesta, aunque debido al olvido es harto complicado. El Caballero de la hornilla y el Conde del salchichón solo se ocupan del carnaval infantil, el Rey de Gallos y Carnestolendas, participan también en el adulto donde antes del pasacalles que organiza Interpeñas, Carnestolendas libera al plumífero rey.
El Rey de Gallos y Carnal en la actualidad copiada del blog http://misviajes-misviajes.blogspot.com.es |
Existía también otra tradición muy personal llamada La mojiganga: Era una comparsa burlesca con canciones y también con pantomima y diálogo, era una de las tradiciones más antiguas del reino de Aragón y se realizaba también cuando había ceremonias de coronación de los reyes, estaban compuestas de personajes grotescos y a caballo que recorrían las calles haciendo las delicias de las gentes. Parece ser que este año el Ayuntamiento ha recuperado estos trajes, que llevaban más de 200 años guardados y la vamos a tener de nuevo por ahí haciendo de las suyas...¡Qué bien!
Además de todo esto, había batallas de ceniza y de huevos en las calles, la costumbre era o bien lanzarlos podridos o bien vaciarlos e incluir en ellos sustancias malolientes... los tres días de carnaval en Zaragoza eran días locos, del todo al revés, del desenfreno antes de que un último personaje a tener en cuenta llegase a acabar con el jolgorio" Doña Cuaresma". Una vieja amargada y con cara de pocos amigos , acabaría venciendo a Don Carnal en su efímero reinado y se le representaba con un velo, un vestido de luto y un abadejo en la mano símbolo de la abstinencia y el ayuno que vendrían a lo largo de los 40 días que preceden a la Semana Santa..
La realidad es que una ciudad como Zaragoza tenía un carnaval muy rico y variopinto, que sería interesante recuperar en serio, no sólamente como una curiosidad en un carnaval infantil o en una cosa de las peñas. Yo cada año participo en las comparsas disfrazándome y saliendo a la calle a bailar, es cierto de que a lo mejor la represión nos heló el corazón y ya no sabemos hacerlo... pero ya va siendo hora de tirar el mal pelo fuera.
Algún día, si el Ayuntamiento se lo propone y comenzamos a hacer estudios serios sobre nuestras tradiciones, con actos bien preparados y publicitados podamos volver a tener aquellos días locos que calentaban los últimos días de los fríos inviernos a orillas del Ebro.