Ya estamos a 30 del abril cumplido
Alégrate dama que mayo ha venido ( canto popular )
Matas de margaritas y de flores del sol me saludan al llegar, mientras sobre mi cabeza las golondrinas hacendosas llevan bolitas de barro para fabricar sus nidos.
Mis gatos se frotan cariñosos contra mis piernas mientras un tibio sol entre nubes negras de lluvia, tiñe de sombras y verdes. Ora claros, ora oscuros, los campos que rezuman vida.
Nuevas vidas abultan el vientre de Nut y las noto moverse bajo mi mano mientras ella ronronea de gozo.
Los árboles de los sotos cantan de alegría con sus nuevas hojas y el pueblo parece inundado de una tranquila vitalidad. Pinceladas de colores que brillan perlados por las lloviznas; rojos como las tejas arábigas que ofrecen destellos a la mañana, amarillos como el corazón de las margaritas, azules como el cielo que las nubes juegan a esconder, mientras pequeñas hormigas quizá barruntando agua, corretean por el cemento en busca de materia que llevar a su hormiguero. Mi vista se pierde entre las nieves del Moncayo y el volar armonioso
de los pájaros coloridos que ejecutan una danza aérea en un rápido
batir de sus alas.
En la otra ladera, una figura enlutada camina lenta cuesta arriba,
mientras las rejolas y los cascotes que una vez fueron castillo la
observan silenciosas.
La vida bulle a raudales en este mirador natural que es la puerta de mi casa, casa antigua y horadada en el vientre de las rocas, por las voces del tiempo pasado. Cuando estas voces no eran sino presente vivo como los borbotones de existencia que me rodean y que hoy ante tal presencia de almas que invaden alegres su espacio permanecen calladas y escondidas tras los retratos de la pared.
Hoy hay tanta alegría en la naturaleza, tanto movimiento en la atmósfera que las realidades del mundo tan atroz y decadente me parecen lejanas en el tiempo y en la distancia
Bardallur tiene esa paz balsámica y curativa que solamente tiene el hogar.
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