domingo, 17 de marzo de 2013

Blanco

<<Pisando el campo nevado
Embargóme la alegría
y es que lo nuevo te alegra
porque lo viejo se olvida>>
Brotes de Olivo

Blanco como   un paño de altar dispuesto para celebración de un día de fiesta; me esperaba el monte, con su  magia cegadora del invierno, tal y como lo relatan las postales navideñas,hermoso como los ojos de un niño una noche de reyes, la mano amiga de las cumbres me tendían su reto, no me lo iban a poner fácil pero me invtaban, a llenarme los ojos con la luz celestial que la nieve pura reflejaba por todas partes; dejando entrever los penachos de las copas de los abetos sobresaliendo bajo mis rodillas.
Crujía el  manto  de terciopelo helado bajo mis pies y en ocasiones los agarraba como si aquel valle quisiera que me quedara por siempre. Ilusión, efímera como los copos posados en mis pestañas que desaparecían al calentarse, pues el gélido viento  borraba mis pasos y la huella de mi caminar, como si no quisiera que la pena que traía  conmigo mancillara la blanca paz del entorno.
Yo pobre  intrusa , perteneciente a la peligrosa especie que todo lo enturbia,  la especie más  terrible y rastrera, me sentía  como una elegida  entre aquella promesa de primavera  y vida  que se se dejaba entrever  entre  colmillos de hielo que parecían querer desgarrar mis amarguras.
Me llené la vista con la magia de un país de ensueño, la nariz con  el fino aire  que   parecía limpiar mi sangre y mi alma de tal forma que  al descender de nuevo a las monegrinas estepas, me pareció que allá bajo las nieves eternas mis penas  se habían quedado también congeladas
Y me embargó allí entre la nada blanca, la alegría de saber que tarde o temprano volvería para oler la hierba verde y  escuchar el canto de las aves.

<<Y esque lo nuevo te alegra porque lo viejo se olvida>>

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