jueves, 4 de abril de 2013

Domingo de pascua

El domingo era pascua de  resurrección en mi pequeño rincón del mundo. la tibia lluvia de marzo había  abrillantado las calles y los yesos y los tejados de las casas musitaban un lento desperezar, las ramas de los árboles como encías de lactante, mostraban las promesas de sus flores y hojas cual dientecillos, algunas más adelantadas perlaban de un tibio aroma el ambiente.
 La vida renacía entre claro oscuros de las nubes maliciosas que  jugaban al escondecucas con el sol perezoso.
 Mi pequeño rincón del mundo resplandecía entre aquel juego de luces ofreciendo un escenario casi  de tramoya. Las voces del tiempo pasado que horadaron las entrañas de  los cortados creando casitas que se desparraman por las laderas  se estremecían ante el tañir glorioso de las campanas que rompían el silencio musical de la mañana de primavera.
¡ Cristo vive!¡ La muerte ha sido derrotada!. cantaban a voces desde el campanario... mientras un coro de pájaros las desafiaba diciendo, ¡No!,¡ Es la vida la que vive! ¡Es la tierra la que resucita!,
 Las campanas al rato se cansaron pero los pájaros siguieron alegres con sus trinos, exclamando el aleluya potente del campo que  estalla en  colores olores y formas. En promesas de  sueños que  dejaron atrás ya  el  miedo  de los hielos, las escarchas y la oscuridad

 ¡Aleluya!

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